Bo McCalebb, o Lester si se prefiere.
Personalmente yo con esto concluiría. Un fichaje de este nivel, pese a los
peros de los más agoreros (edad, declive, lesiones, bla, bla bla) no pensé
que pudiera estar siquiera en el radar del Granca. Hablamos de un señor, que
casi el solito metió a Macedonia en
semifinales de un Eurobasket, que puso contra las cuerdas a la España de Gasol,
Navarro y compañía a base de talento puro, explosividad,
creatividad y desparpajo. Un base de equipos grandes con mayúsculas, de equipos
que hasta no hace mucho creaban proyectos con aspiraciones en EuroLeague
colocando en la base de la pirámide al de Luisiana.
Ya conoce el Gran Canaria Arena, nos
enfrentamos por dos ocasiones a él en la EuroCup, los susodichos pesimistas
afirman que no rindió en esos partidos pero recuerdo perfectamente los apuros
de Pangos y Oliver para frenar sus acometidas, y así y todo, alcanzó los diecisiete puntos en uno de
aquellos enfrentamientos.
Su juego se basa en el uno contra uno, donde despliega un enorme arsenal, pero
atacar el aro hasta el final es su mejor arma. Defenderlo sin ayudas es
simplemente imposible y, dichas ayudas, le permiten al bueno de Bo encontrar a
compañeros tanto abiertos como en cortes al aro. En la primera de las opciones
Kuric, Salin o Aguilar se pueden forrar y en la segunda, si andan espabilados, Rabaseda, Pauli o Planicic
podrían dar con su mejor amigo en una cancha. Pero ojo, que si sus defensores
se hunden no tendrá problema en dar un paso atrás y sacar un efectivo tiro de
media y gran distancia. No, no tiene carencias ofensivas o al menos yo no se las encuentro.
Las carencias, que las habrá, vienen
de las dudas que genera su defensa. Esto es un trabajo del cuerpo técnico de
Casimiro, incluso de sus compañeros más veteranos. La defensa, en gran parte,
es actitud. Cualquiera con ganas y piernas —que las tiene— puede emplearse a
fondo en estas labores. Jugadores como Carroll, al que siempre se puso en duda
sus capacidades, han demostrado que cuando te centras en el trabajo y haces que
el culo planee bajito sobre el parqué tienes los resultados adecuados. Dicho
esto, es evidente que cuando fichas a Bo McCalebb no lo haces por su
entrega defensiva.
El nivel de este fichaje sólo es
comparable al de Marcus Goree; que sufrió para adaptarse al baloncesto FIBA
hasta que pasó por el Granca y lo hicimos "rico". O al mítico
John Morton, al que no se le dio mucho bombo en su día, pero era un
primera ronda de la NBA y anoto treinta y cinco puntos en la Final Four de la
NCAA, casi nada.
Ahora contamos con otra estrella de
primera clase, “premium” la llamarían los más in. Un tipo que, junto a su
doblemente compatriota Hendrix, nos ilusiona con una promesa de temporada
apasionante.
PD: Cualquier alusión a comparaciones
de fichajes futboleros me la ahorro, que me conozco y acabaría metiéndome en
problemas.
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