El intento conversor de Aíto García Reneses con Oriol Paulí,
llevándole a la posición de base, nos ha traído a la memoria a uno de los bases
del que mejor recuerdo guardamos pues comparten algunos modos.
Tal vez sea porque aun hoy se identifica como del “Granca”,
tal vez sea porque ha sido el base más reboteador que se recuerda por estos
lares (más de 3rpp), tal vez sea por su entrega e intensidad o tal vez sea
porque nació justito un día antes que yo…
Hace unos meses, lo vimos el primero en el video de “ánimo”
en la final de la Eurocup del año pasado y no muchos lo reconocieron (imagino
que los recién llegados a la familia con el cambio del CID al GCA), y esto
María Teresa, ¡no puede ser!
Mario Fernández llegó al Granca de la mano de Berdi Pérez en
la temporada 2006/2007, no sin ciertas dudas por parte de la grada que nunca se
ha acostumbrado a los fichajes de “desconocidos”. En este caso procedente de la
LEB Oro donde jugaba en el Basket Zaragoza 2002.
Venía a suplir a un jugador también muy querido, Gonzalo
Martínez, y con la etiqueta de jugador joven con 23 añitos… Pero pronto se ganó
el favor de la grada por tener, claramente, ese ADN “Granca” que tanto gustaba
al CID: Entrega total, pero con un tono amable y modesto.
Resultó ser un complemento ideal para el tal vez más
conocido Marcus Norris, con unos muy buenos resultados: fue el jugador con
mejor media de valoración del equipo el primer año (circa. 11), 4.6 puntos por
partido, 3.3 rebotes por partido… y sobre todo trasmitiendo intensidad, cabeza
y energía. Un miembro de honor del club de los “intangibles”.
Tras tres temporadas, cuando ya tenía garantizado el apoyo
de toda la afición para un contrato a perpetuidad, problemas de índole familiar
le hicieron buscar acomodo un equipo más cerca de la casa de sus padres y
partió para Badalona.
Para colmo de males, poco después, una gravísima lesión le
apartaría de las canchas siendo aún muy joven. ¡Qué gran base perdimos! Cuando
había sido incluso preseleccionado para jugar con Pau, Marc y compañía, una
maldita lesión no solo le dejo fuera del parqué, sino que le complicó la vida
diaria.
Recuerdo una declaración suya que me dejó helado, dijo algo
así como “ya no busco volver a jugar, busco poder caminar sin ayuda”.
Este final dramático para su vida como jugador profesional
no fue, ni mucho menos, el final de su vinculación con el deporte que ama.
Sigue como técnico y además es comentarista en la televisión, muy bueno además.
Es una autentica gozada escuchar a un jugador que realmente tiene algo más que
decir que el típico “son cinco contra cinco y todo es posible”.
En resumen, Mario es uno de la familia amarilla. Ta vez no
sea de los más famosos, pero desde luego representa tanto el espíritu Granca
como el que más. Sería de justicia que tuviera más espacio en el club y traerlo
por el Gran Canaria Arena a recibir el cariño de la gente.
En el “Hall of Fame” de GranCaMentarios hay sin duda un
sitio para Mario y su carga del rebote eléctrico.
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